lunes, 14 de marzo de 2011

Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de
los Pueblos o ALBA-TCP (en ocasiones denominada extraoficialmente Alianza Bolivariana
para las Américas, pero más comúnmente conocida como simplemente ALBA, acrónimo de su
nombre inicial Alternativa Bolivariana para América), es una organización internacional
de ámbito regional, enfocada para los países de América Latina y el Caribe que pone
énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social con base en doctrinas de
izquierda.

Se concreta en un proyecto de colaboración y complementación política, social y
económica entre países de América Latina y el Caribe, promovida inicialmente por Cuba
y Venezuela como contrapartida del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas),
impulsada por Estados Unidos.

El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos que aprovechen las ventajas
cooperativas entre las diferentes naciones asociadas para compensar las asimetrías
entre esos países. Esto se realiza mediante la cooperación de fondos compensatorios,
destinados a la corrección de discapacidades intrínsecas de los países miembros, y la
aplicación del TCP (Tratado de Comercio de los Pueblos).

El ALBA-TCP otorga prioridad a la relación entre los propios países en pie de igualdad
y en el bien común, basándose en el diálogo subregional y abriendo campos de alianzas
estratégicas fomentando el consenso y el acuerdo entre las naciones latinoamericanas.

 

AntecedentesVéase

Según sus propios textos constitutivos, los impulsores del ALBA consideran esta
asociación como un paso más en una integración latinoamericana, que tendría sus
antecedentes directos en el proceso independentista del siglo XIX. Entre estos
antecedentes se citan esfuerzos progresistas relacionados al panamericanismo de
inspiración hispanoamericana.

 

Formación y ampliación

El ALBA se crea en La Habana (Cuba) el 14 de diciembre de 2004 por el acuerdo de
Venezuela y Cuba, con la implicación personal de los presidentes de ambos países, en
Venezuela el presidente Hugo Chávez y el entonces presidente de Cuba Fidel Castro.
Luego, El 29 de abril de 2006 se sumó Bolivia al acuerdo. En 2007 se incorporó al ALBA
Nicaragua y en 2008, Honduras.

Además de los cinco países citados, a resultas de la suscripción del Memorando de
Entendimiento de 2007 por los pequeños estados caribeños no hispanohablantes de Antigua
y Barbuda, Dominica y San Vicente y las Granadinas, pertenecientes a la CARICOM
(Comunidad Caribeña), Dominica pasó a ser miembro de pleno derecho en enero de 2008, en
tanto que San Vicente y las Granadinas ingresa oficialmente en el ALBA en la cumbre
extraordinaria de jefes de estado y de gobierno del ALBA celebrada en Cumaná en abril
de 2009, pasando a ser el séptimo miembro de la organización. Mientras que Antigua y
Barbuda, se incorporó plenamente poco después en junio de ese mismo año.

Ecuador se incorporó en junio de 2009. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa,
comunicó a su par venezolano, Hugo Chávez, la adhesión de su país a la Alternativa
Bolivariana para las Américas (ALBA), información ratificada públicamente el 24 de
junio de 2009 durante una cumbre extraordinaria que el grupo celebró en Maracay,
estado Aragua, Venezuela.

Además se ha invitado al ALBA países como Jamaica por invitación del Presidente de
Venezuela, Hugo Chávez,[4] México por invitación del Presidente de Nicaragua, Daniel
Ortega,[5] además Hugo Chávez invitó a países centroamericanos a unirse,[6] y también
se invitó a Argentina a utilizar la moneda de este organismo.[7] También se invitó a
Vietnam como miembro observador.

 

El caso de Honduras

Tras un azaroso proceso de validación parlamentaria Honduras se incorporó a la Alianza
Bolivariana. En este país, cabe destacar que a pesar de los esfuerzos de su entonces
presidente Manuel Zelaya, e incluso ya firmado el tratado, la adhesión oficial al ALBA
se demoró un tiempo. Los problemas presentados se debían a que la integración al ALBA
no era válida si no la autorizaba el Congreso Nacional de Honduras y había dificultades
debido a la fuerte oposición hondureña hacía el ALBA por el temor de las posibles
influencias intervencionistas de este ente en la vida política nacional.[9] Además
Honduras ya tiene tratados de libre comercio con Estados Unidos y otros países que
integran el CAFTA-RD. También ya existe un Tratado Comercial bilateral entre Honduras
y Venezuela el cual podría complicar este nuevo tratado. La Empresa Privada tampoco
quería el ALBA por temor a las posibles implicaciones ideológicas del Acuerdo.
Finalmente, el 10 de octubre de 2008 el Congreso Nacional de Honduras aprobó la
adhesión.

Sin embargo y como medida de desapruebo del golpe de estado de Honduras contra el
legítimo Presidente Manuel Zelaya, el 2 de julio de 2009 Venezuela suspendió a
Honduras del programa Petrocaribe para evitar que esta ayuda financiera se usara para
subsidiar al gobierno impuesto por el golpe[11] y seguidamente se anunció la suspensión
por tiempo indefinido de ese país centroamericano del ALBA.

Luego el 15 de diciembre de 2009 se inició el procedimiento para retirarse
definitivamente del ALBA, concluyendo el 12 de enero de 2010 cuando el Congreso
Nacional de Honduras con 123 votos a favor y 5 en contra[12] aprobó renunciar al
tratado.


PrincipiosLos principios rectores del ALBA-TCP fueron promulgados por:

1.La integración neoliberal prioriza la liberalización del comercio y las inversiones.
2.El ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) es una
 propuesta que centra su atención en la lucha contra la pobreza, la exclusión
 social, contra los altos índices de analfabetismos y de pobreza que existen
 principalmente de América Latina y el Caribe.
3.En la propuesta del ALBA se le otorga una importancia crucial a los derechos humanos,
 laborales y de la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física
4.En el ALBA, la lucha contra las políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios
 de los países industrializados no puede negar el derecho de los países pobres
 de proteger a sus campesinos y productores agrícolas.
5.Para los países pobres donde la actividad agrícola es fundamental, las condiciones
 de vida de millones de campesinos e indígenas se verían irreversiblemente
 afectados si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los
 casos en los cuales no exista subsidio.
6.La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía. Es la base
 para preservar opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio,
 define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente
 con la seguridad y autosuficiencia alimentaría. En estos países la agricultura
 es, más bien, un modo de vida y no puede ser tratado como cualquier otra
 actividad económica.
7.ALBA tiene que atacar los obstáculos a la integración desde su raíz, a saber:
a. La pobreza de la mayoría de la población;
b. Las profundas desigualdades y asimetrías entre países.
c. Intercambio desigual y condiciones inequitativas de las relaciones internacionales.
d. El peso de una deuda impagable.
e. La imposición de las políticas de ajuste estructural del FMI y el BM y de las
 rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político.
f. Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y la tecnología
 que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual; y,
g. Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera
 democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social
8.Enfrentar la llamada Reforma del Estado que solo llevó a brutales procesos de
 desregulación, privatización y desmontaje de las capacidades de gestión pública.
9.Como respuesta a la brutal disolución que éste sufrió durante más de una década de
 hegemonía neoliberal, se impone ahora el fortalecimiento del Estado con base
 en la participación del ciudadano en los asuntos públicos.
10.Hay que cuestionar la apología al libre comercio perse, como si sólo esto bastara
 para garantizar automáticamente el avance hacia mayores niveles de crecimiento
 y bienestar colectivo.
11.Sin una clara intervención del Estado dirigida a reducir las disparidades entre
 países, la libre competencia entre desiguales no puede conducir sino al
 fortalecimiento de los más fuertes en perjuicio de los más débiles.
12.Profundizar la integración latinoamericana requiere una agenda económica definida
 por los Estados soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos
 internacionales.
 

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